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martes, 25 de junio de 2013

Ventanas

Llegás a casa, entrás como si fuera por la ventana. No me di cuenta que habías abierto la puerta, ya estás adentro. Logro advertir tu presencia, me agarraste leyendo y estaba concentrado.
Te sacás el abrigo y lo primero que hacés es ir al mueble a contemplar uno de tus libros favoritos. Después venís y me das un beso. Te miro bien y compruebo que estás llorando, ya imagino que hoy alguien te habrá defraudado. Ponés el agua a calentar, y tus lágrimas caen suavemente por tu mejilla, me ofrecés un mate. Te sentás y estás callada, sé que va a ser difícil sacarte una palabra.
Al quinto mate te pregunto ¿Qué pasó? y seguís muda. Quizás pasemos toda la noche callados y adoptemos el silencio como idioma.
A la mitad del termo me contás que todo se te está haciendo cuesta arriba, que los resultados de tus cosas no están siendo los esperados, que la gente te está fallando y tenés una rara de sensación de soledad. Ya cesaron tus lágrimas, pero seguís con la voz quebrada y se te dificulta poder hablar con normalidad.
Yo opté por el silencio, por rascarme la barba con la mano derecha mientras te escucho, seguís explicándome que esto no estaba dentro de tus planes y noto que te está costando superar esta situación.
Al terminar el termo, me decís de ir a dormir, yo acepto y ya acostados me dedico a abrazarte y a acariciarte las mejillas.
Mañana será otro día, entrarás a casa por la ventana y seguramente notaré tu presencia cuando vengas a darme un beso.

IGNACIO GIARDINI.











viernes, 21 de junio de 2013

AJEDREZ

I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito

II 

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Que dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?


JORGE LUIS BORGES











domingo, 16 de junio de 2013

Los hijos/2

A  Sofía Bordón.
A  María Belén Giardini. 


Con Verónica nos escribíamos cartas violentas.
Había silencios largos, a veces. Cada uno se quedaba esperando que el otro se bajara del caballo -y en el fondo cada uno sabía que el otro no se bajaría. Cuestión de estilo.
Verónica enciende el pucho a la Humphrey Bogart. Sostiene el fósforo mientras charla de lo que sea, como distraída, mirando para otro lado, y cuando la llama ya le está quemando las uñas la arrima, lenta, al cigarrillo. Alza una ceja, se acaricia la pera, y apaga la llamita echando una bocanada de humo por el costado de la boca.
Cuando estuvo a verme, en Buenos Aires, me dijo:
-Si vos y yo no fuéramos padre e hija, ya hace tiempo que nos habríamos separado.
Una noche se fue de farra con Marta y Eric.
Verónica llevó a su muñeca de trapo, que se llama Anónima.
Cuando se despertó, pasado el mediodía, me contó:
-Anduvimos por ahí. Nos fuimos al Barbaro y tomamos cerveza y comimos maní. Estaba linda la noche. Por suerte conseguimos la mesa de la ventana. Había buena música.
-¿Y Anónima?
-La colgamos de un gancho, en la pared, y pedimos cerveza para ella también. La cerveza le dio sueño.
-¿Se quedaron hasta muy tarde?
-Nos estuvimos queriendo -me dijo- hasta las tres de la madrugada.




EDUARDO GALEANO



sábado, 15 de junio de 2013

Formas

Si querés podés quedarte en mi cama. Seguir durmiendo, vos y tus veinticinco formas de decir lo que querés. Cosas que yo no entiendo, ni voy a entender. Ya no son las ocho menos cinco, son las ocho menos diez. Tu reloj no para y el mío va al revés. Quiero manchar con el vino el mantel y subirte a la mesa otra vez. Quiero que te rías en la cocina sin saber por qué. Que me pidás ayuda, fuego y que quieras coger. Quiero que tus pecas se dejen de mover y que tus ojos se achinen como ayer. Que pongás música y que bailés. Que tus formas de decir lo que querés dejen de ser veinticinco y sean veintitrés.

PEDRO FERNÁNDEZ
Extraído de http://laguarite.blogspot.com.ar/













jueves, 13 de junio de 2013

El desafío

Para qué escribo? Por qué lo hago? 

Hoy no voy a escoger ninguna frase, prefiero hacer una descripción propia. 
Escribo porque soy un desquiciado, para darle una vuelta a la vida e intentar explicar lo inexplicable. Tal como sucede con la música, la literatura o el arte, es muy difícil pasar a una hoja lo que uno siente, creo que sería imposible resumir en un par de palabras lo cotidiano o el parecer de cada cosa.
Escribo para demostrar que lucho por alcanzar la palabra justa, la que me lleve a dormir un poco más tranquilo. También escribo para robar, para robar sonrisas o lágrimas según lo amerite cada situación.
Soy un convencido de que la escritura es una terapia universal, la diferencia está en tener la voluntad de sentarse y confiar en uno mismo, en tratar de acercarse a la utopía de explicar lo que no se explica, de entender lo inentendible.
No puedo dejar de pensar en las páginas leídas, podría citar a cien autores con sus obras de arte, pero hoy prefiero callar, o quizá dejármelo para mí y agradecer por todo lo que me dieron.

Feliz día del escritor.
IGNACIO GIARDINI.

miércoles, 12 de junio de 2013

22/09/78

Querida Norma:
Hoy después de 1 año te vuelvo a escribir, te pido disculpas por haberme borrado, realmente no pido comprensión, pero bien sabés que si no lo hacía hoy sería uno de los tantos desaparecidos.
Te escribo con el motivo de contarte como se vive acá. Estoy en Madrid desde que llegué, las noticias de Argentina son pocas pero sin embargo me encontré a varios exiliados como yo, todos cuentan que nada cambió y que la mano está cada día un poco más dura.
Con Carlos e Isabel nos vemos bastante seguido,son pareja, quizá sea el exilio el que une.
Vivo en un departamento en el centro, estoy laburando de mozo en un café, la vida es relativamente llevadera pero el exilio es una sombra constante, la nostalgia es una cuestión cotidiana. Sin embargo tomamos mate, comemos asado cuando se puede y da el bolsillo.
Madrid es una ciudad muy cultural, se respiran aires de renovación después de la muerte de Francisco Franco, sin embargo nada iguala a nuestra Mendoza, digo que es nuestra porque muchos días siento que  estoy con vos, que nunca me fui y me cuestiono el haber escapado, el haber sido tan cagón.
Una de las pocas cosas buenas de España es que acá no hace falta quemar libros.
Te acordás la noche que tuvimos que enterrar nuestra música y quemar nuestros libros?
Te acordás el planteo de mucha gente que decía que Videla iba a ser un salvador?
Te acordás de las noches que pasamos juntos tomando mates en la cama?
Te acordás de las tardes perdidas caminando por la montaña?
Hoy solamente me quedan recuerdos de nuestra militancia, nuestra lucha, nuestros momentos juntos.

Te extraño.
Marcos.


IGNACIO GIARDINI.