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jueves, 12 de diciembre de 2013

EL POETA A SU AMADA

Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernesanto más dulce que ese beso.

En esta noche rara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.

Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.


CESAR VALLEJO.







miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL JUEGO EN QUE ANDAMOS

Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.

Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.

Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.

Aquí pasa,señores,
que me juego la muerte.

JUAN GELMAN.



domingo, 8 de diciembre de 2013

Duración

Mientras esto dure, nuestros abrazos serán eternos.
Mientras esto dure, tus labios seguirán diciendo revolución.
Mientras esto dure, tu boca seguirá pronunciando poemas.
Mientras esto dure, nos seguirán uniendo los mismos discos.
Mientras esto dure, el vino será una compañía.
Mientras esto dure, contemplaremos amaneceres.
Mientras esto dure, hablaremos de Borges.
Mientras esto dure, seguiremos haciendo el amor con palabras.
Mientras esto dure, nuestro compromiso será verdadero.
Mientras esto dure, nos emocionará hablar de dignidad.
Mientras esto dure, recordaremos con honor a los que murieron por la causa.
Mientras esto dure, seguiremos deleitándonos con el ajedrez.
Mientras esto dure, podremos seguir riéndonos de un humor que a los demás los aburre.
Mientras esto dure, las sábanas se burlarán de nosotros.
Mientras esto dure, hablaremos de lo lindo que es perder.
Mientras esto dure, nuestras manos seguirán manchadas de tinta.
Mientras esto dure, tus dientes seguirán manchándose con café.
Mientras esto dure, creeremos en la eternidad de nuestros escritos.
Mientras esto dure, seremos inmortales.

IGNACIO GIARDINI.

martes, 26 de noviembre de 2013

CHACABUCO

No se sabe con exactitud el lugar de los hechos, ni qué sucedió. Se habla de varios personajes, se dice que todo fue un sueño, o tal vez algo que pasó.
Es la historia de dos hombres que se conocieron en Chacabuco, allá por 1950, el tren recorría el pueblo llevando y trayendo gente que llegaba a visitar familiares y a trabajar por un tiempo, o tal vez si la suerte acompañaba a quedarse definitivamente. Ellos se encontraron en el bar, el cual congregaba hombres de todas las edades que iban a compartir una ginebra o una grapa.
La amistad empezó a fortalecerse con el paso del tiempo al punto de terminar siendo compadres, nunca se supo si ambos tenían familias o si eran forasteros que venían escapando de algún pago lejano.
Veinte años de diferencia había entre ambos, eran sumamente distintos respecto a ideologías y formas de ver la vida, sin embargo en gustos coincidían. Hablaban de historia, de batallas, de leyendas y héroes.
La historia los narra como dos seres sumamente distintos pero que en algunas cosas lograban encontrarse, los años de diferencia eran un atenuante pero también una coincidencia. El amor por los perros, los caballos, las mujeres y los pistoleros eran fuentes dignas de diálogos interminables, los cuales culminaban a altas horas del amanecer, a esa hora ya no quedaba yerba para el mate y el negocio de ramos generales ya estaba cerrado.
Una noche después de varias vueltas de grapa hubo un conflicto en el bar, un hombre entró difamando al gauchaje,tratándolos de vagos y al preguntar quién estaba dispuesto a pelear,el mayor se puso en su camino y le dijo que él representaba a esa camada dorada de próceres de poncho y puñal.
En la puerta del bar empezó la batalla, la cual fue dura y larga, el difamador logró apuñalar al gaucho y el mismo al caer al piso escuchó el grito del menor, el cual salió al cruce a hacerle frente al cobarde que entró al bar a alterar el orden. La triste historia cuenta que el menor sufrió lo mismo que su amigo, una puñalada que lo dejó tendido en el suelo, al lado de su compadre.
Heridos, mirándose, comprobaron que los esperaba el mismo destino, esa derrota que dignifica.
Nunca se supo si murieron, si alguno sobrevivió, al final de cuentas el desenlace es irrelevante si se tiene cuenta que ambos cayeron en defensa del honor y de esa palabra tan difícil de llevar a cabo: LEALTAD.

IGNACIO GIARDINI.

jueves, 14 de noviembre de 2013

LOS JUSTOS

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

JORGE LUIS BORGES.



LAS COSAS

El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil herradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin dudas inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
limas,umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.

JORGE LUIS BORGES.




Te quiero.

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

MARIO BENEDETTI.









jueves, 17 de octubre de 2013

VISITA

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
díganle:
"se ha mudado".

OLIVERIO GIRONDO.




miércoles, 16 de octubre de 2013

MILONGA DE LOS MORENOS.

Alta la voz y animosa
como si cantara flor,
hoy, caballeros, le canto
a la gente de color.

Marfil negro los llamaban
los ingleses y holandeses
que aquí los desembarcaron
al cabo de largos meses.

En el barrio de Retiro
hubo mercado de esclavos;
de buena disposición
y muchos salieron bravos.

De su tierra de leones
se olvidaron como niños
y aquí los aquerenciaron
la costumbre y los cariños.

Cuando la patria nació
una semana de Mayo,
el gaucho sólo sabía
hacer la guerra a caballo.

Alguien pensó que los negros
no eran ni zurdos ni ajenos
y se formó el Regimiento
de Pardos y de Morenos.

El sufrido regimiento
que llevó el número seis
y del que dijo Ascasubi:
"Más bravo que gallo inglés".

Y así fue que en la otra banda
esa morenada, al grito
de Soler, atropelló
en la carga del Cerrito.

Martín Fierro mató a un negro
y es casi como si hubiera
matado a todos. Sé de uno
que murió por la bandera.

De tarde en tarde en el Sur
me mira un rostro moreno,
trabajado por los años
y a la vez triste y sereno.

¿A qué cielo de tambores
y siestas largas se han ido?
Se los ha llevado el tiempo,
el tiempo, que es el olvido.


JORGE LUIS BORGES.






miércoles, 9 de octubre de 2013

La caída del Che.

La metralla le rompe las piernas. Sentado, sigue peleando, hasta que le vuelan el fusil de las manos.
Los soldados disputan a manotazos el reloj, la cantimplora, el cinturón, la pipa. Varios oficiales lo interrogan, uno tras otro. El che calla y mana sangre. El contraalmirante Ugarteche, osado lobo de tierra, jefe de la Marina de un país sin mar, lo insulta y lo amenaza. El che le escupe la cara.
Desde La Paz, llega la orden de liquidar al prisionero. Una ráfaga lo acribilla. El Che muere de bala, muere a traición, poco antes de cumplir cuarenta años, exactamente a la misma edad a la que murieron, también de bala, también a traición, Zapata y Sandino.
En el pueblito de Higueras, el general Barrientos exhibe su trofeo a los periodistas. El Che yace sobre una pileta de lavar ropa. Después de las balas, lo acribillan los flashes. Esta última cara tiene ojos que acusan y una sonrisa melancólica.

EDUARDO GALEANO.




jueves, 3 de octubre de 2013

Yo tuve un hermano

 
Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba.
 
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
 
Lo quise a mi modo
le tomé su voz
libre como el agua.
 
Caminé de a ratos
cerca de su sombra
no nos vimos nunca
pero no importaba.
 
Mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
 
 
JULIO CORTÁZAR.
 
 
 


jueves, 26 de septiembre de 2013

Juan

A Janet.
A María Belén.


Ya duerme tranquilo, las balas dejaron de pasar a su alrededor pero sigue soñando con ellas.
En Argentina se llama Juan, habla poco castellano porque su idioma es el Suazi, nació en Suazilandia pero debió escapar.
Creció en los alrededores de Mbabane donde vio morir a toda su familia a causa de las tantas guerras civiles que acosan estas tierras, logró escapar; se salvó. Reside en Mendoza, vive en la Cuarta sección donde comparte habitación con dos hermanos suyos y otros cuatro hombres que vienen de Angola, Sierra Leona y Gambia respectivamente.
Durante el día sale a vender alhajas truchas, Rolex de 200 pesos, cadenas de oro y plata de dudosa procedencia, joyas preciosas que de preciosas tienen poco y nada.
La gente lo mira como si fuese un sapo de otro pozo, un "sinpapeles", algo inferior.
Fue el segundo hermano en llegar y cuando lo hizo,aprendió las palabras esenciales del Castellano para poder salir a ganarse la vida, esa vida que tanto le pegó y le sigue pegando. Algunas veces se entera de noticias de su tierra, la cual anhela y extraña. Con sus hermanos de habitación viven recordando sus pagos, pasan días contando historias de sus respectivos lugares, lloran, cantan y rezan a sus dioses, piden que nunca los abandonen y guardan un pequeño dejo de esperanza de poder volver a la tierra prometida, a sus tierras.
Llega la noche, el silencio vuelve a ganar, vive escapando de la policía y siempre mira para abajo cual culpable, culpable de una herencia sagrada de haber nacido en un continente explotado por los que siempre triunfan.
Y así pasa otro día, otro día de exilio y de nostalgia.


IGNACIO GIARDINI.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Recuerdos

A María Belén Giardini.

Todo sigue por la misma senda, la nostalgia y el recuerdo son cotidianos. Te fuiste para quedarte, te quedaste para alejarte. Soñás Montevideo y un lugar libre de toda la basura. Te debo 15 libros, te debo un microcuento de Galeano y parte de mi biblioteca. Nadie es cobarde por haberse ido, ni valiente por quedarse. Ciudadana del mundo es la definición, ese tipo de gente que mira el mundo por la cerradura. Viajera inclaudicable, conocedora de culturas. Nos debemos un vino y muchas charlas, un te quiero y un poema. Va a ser pronto, lo bueno siempre se hace esperar, y los que más queremos no siempre están con nosotros. El precio de la libertad, el no aferrarse a nada. Que todo vuelva, o quizás no.

IGNACIO GIARDINI.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Líneas

A Janet.
 
 
Un día terminarán las discusiones acerca de la dignidad. Mañana despertarás asumiendo que nada cambió. Los libros no son todo, la vida no es un cuento de Poe. Cuando entrés nuevamente a casa acercate a los libros. No pidas permiso cuando la razón sea justa. No te escondas, ni te escapes. No perdamos los cafés nocturnos. Qué el amanecer nos encuentre juntos. Sigamos divirtiéndonos con las luces de la calle y con la gente que pasa caminando. Sonreí con los dientes llenos de chocolate. Quedate dormida otra vez, esta historia huele a biblioteca y también a partida de ajedrez.
 
 
 
IGNACIO GIARDINI.

martes, 3 de septiembre de 2013

Dignidad

-Y, pá? Qué es la dignidad? -Preguntó Julia, de 5 años-.
-La dignidad es esa costumbre de hacerte cargo de las cosas. Es cuando vos te golpeás y después de llorar, sonreís. Dignidad es eso que no se explica con palabras, es el gesto de acariciar a un animal herido, es tu abuelo que hace cuatro horas de cola para cobrar la jubilación, es esa imagen que tenés de tu tío Eduardo que todavía cuida a tu abuela. Esta palabra es complicada, dignidad es que escuches al que lo necesita, que abraces al que llora y que calles cuando un silencio dice todo. Eso es la dignidad -Explicó Mario-.

IGNACIO GIARDINI. 

jueves, 29 de agosto de 2013

Sobre el papel(fragmentos de La enfermedad de Sachs)


Colaboración de J.B.


En diez años de estudio, he aprendido a palpar, manipular, hacer incisiones, hacer puntos de sutura, vendar, extraer cuerpos extraños con una pinza, meter el dedo o deslizar tubos en todos los orificios posibles, inyectar, hacer una perfusión, percutir, sacudir, hacer un buen diagnóstico, dar órdenes a las enfermeras, redactar una observación en toda regla y hacer algunas recetas, pero en todos estos años, nunca me han enseñado a aliviar el dolor, o a evitar que aparezca. Jamás me han dicho que podía sentarme a la cabecera de un moribundo y sujetarle mano, y hablarle(...)

(...)Ser médico es predicar la mentira.
Las palabras de los médicos son palabras de muerte, promesas de sufrimiento, puertas abiertas a la tortura. Los médicos se han convertido en el clero de la única religión universal: La iglesia de la salud feliz y merecida. Se fijan los dogmas, las obligaciones, la ineludible cuota. Llegan a imponer las oraciones, los rituales bárbaros, crean entre sus fieles categorías muy distintas, en función de los favores que le son otorgados. Hay entre ellos, grandes sacerdotes, inquisidores, monaguillos y todo un gallinero de ejecutores de obras menores por quienes los fieles son fichados, examinados, medidos, pesados, fotografiados, clasificados, en función de sus características más íntimas y misteriosas. Nada se les puede escapar, desde el gen que codifica el color del pelo hasta el análisis de la menor escama de la planta del pie. El fichaje de la humanidad está en marcha, y los médicos están en primera línea. Ya no diagnostican, condenan. Ya no alivian, experimentan, ya no curan, cuentan.
Todo el mundo llora los muertos, en cambios los médicos, los recortan.
Los médicos a la vez son putas y chulos, camellos y polis. Los médicos en contra del aborto siempre han hecho abortar a sus mujeres o a sus hijas porque los juzgaban necesario. Los médicos son verdugos en unos campos a los que llaman hospitales.
Los hospitales están hechos para aparcar a esos anormales, a esas desviaciones a las que llaman enfermos, y para devolverles por el buen camino, es decir devolverles al curro. Qué importa si lloran o gritan, si no duermen o se pasan el día vomitando. Lo que cuenta no es lo que diga la gente a través de su enfermedad; lo que cuenta es lo que piensen los médicos del estado en que deben encontrarse después del tratamiento. Los médicos sangran, retuercen, recortan, violan, dan por culo, arrancan, desarticulan, esclavizan, normalizan.
¡Y TU Y YO VAMOS A FORMAR PARTE DE ESA GENTE!.


MARTIN WINCKLER.







domingo, 25 de agosto de 2013

La fama

Haber visto crecer a Buenos Aires, crecer y declinar.
Recordar el patio de tierra y la parra, el zaguán y el aljibe.
Haber heredado el inglés, haber interrogado el sajón.
Profesar el amor del alemán y la nostalgia del latín.
Haber conversado en Palermo con un viejo asesino.
Agradecer el ajedrez y el jazmín, los tigres y el hexámetro.
Leer a Macedonio Fernández con la voz que fue suya.
Conocer las ilustres incertidumbres que son la metafísica.
Haber honrado las espadas y razonablemente querer la paz.
No ser codicioso de islas.
No haber salido de mi biblioteca.
Ser Alonso Quijano y no atreverme a ser don Quijote.
Haber enseñado lo que no sé a quienes sabrán más que yo.
Agradecer los dones de la luna y de Paul Verlaine.
Haber urdido algún endecasílabo.
Haber vuelto a contar antiguas historias.
Haber ordenado en el dialecto de nuestro tiempo las cinco o seis metáforas.
Ser ciudadano de Ginebra, de Montevideo, de Austin y (como todos los hombres) de Roma.
Ser devoto de Conrad.
Ser esa cosa que nadie puede definir: argentino.
Ser ciego.
Ninguna de esas cosas es rara y su conjunto me depara una fama que no acabo de comprender.


JORGE LUIS BORGES.





sábado, 24 de agosto de 2013

Dos formas del insomnio

¿Qué es el insomnio?
La pregunta es retórica; sé demasiado bien la respuesta.
Es temer y contar en la alta noche las duras campanadas fatales, es ensayar con magia inútil una respiración regular, es la carga de un cuerpo que bruscamente cambia de lado, es apretar los párpados, es un estado parecido a la fiebre y que ciertamente no es la vigilia, es pronunciar fragmentos de párrafos leídos hace ya muchos años, es saberse culpable de velar cuando los otros duermen, es querer hundirse en el sueño y no poder hundirse en el sueño, es el horror de ser y de seguir siendo, es el alba dudosa.
¿Qué es la longevidad?
Es el horror de ser en un cuerpo humano cuyas facultades declinan, es un insomnio que se pide por décadas y no con agujas de acero, es el peso de mares y de pirámides, de antiguas bibliotecas y dinastías, de las auroras que vio Adán, es no ignorar que estoy condenado a mi carne, a mi detestada voz, a mi nombre, a una rutina de recuerdos, al castellano, que no sé manejar, a la nostalgia del latín, que no sé, a querer hundirme en la muerte y no poder hundirme en la muerte, a ser y seguir siendo.


JORGE LUIS BORGES.






sábado, 17 de agosto de 2013

El amor del soldado

En plena guerra te llevó la vida
a ser el amor del soldado.

Con tu pobre vestido de seda,
tus uñas de piedra falsa
te tocó caminar por el fuego.

Ven acá, vagabunda,
ven a beber sobre mi pecho
rojo rocío.

No querías saber dónde andabas,
eras la compañera de baile,
no tenías partido ni patria.

Y ahora a mi lado caminando
ves que conmigo va la vida
y que detrás está la muerte.

Ya no puedes volver a bailar
con tu traje de seda en la sala.

Te vas a romper los zapatos,
pero vas a crecer en la marcha.
Tienes que andar sobre las espinas
dejando gotitas de sangre.

Bésame de nuevo, querida.

Limpia ese fusil, camarada.

PABLO NERUDA.



 


viernes, 16 de agosto de 2013

Se sabe qué

El mar que salpica recuerdos
es inocente. Los infiernos
que el Dante nunca visitó
son inocentes. Los que penitencia
sufren como animales píos
son inocentes. El caballo
en la anchura que aleja
a los jardines y el toro de la hora
son inocentes. Sépalo el lugar
donde todo termina, menos
el mar, los infiernos, el caballo.
Los que nacieron después de mi muerte
saben que la pregunta de verdad
es inocente.

JUAN GELMAN.





lunes, 12 de agosto de 2013

Patrias


Quiero la casa baja;
La casa que en seguida llega al cielo,
La casa que no aguante otros alto que el aire.
Quiero la casa grande,
La orillada de un patio
Con sus leguas de cielo y jeme de pampa.
Quiero el tiempo allanado:
El tiempo con baldíos de ansiar y no hacer nada.
Quiero el tiempo hecho plaza,
No el día picaneado por los relojes yanquis
Sino el día que miden despacito los mates.
Quiero la novia clara:
Firmeza de la dicha, corazón de la gracia
Quiero su carne nueva que la sombra no apaga.
Quiero la novia que sea luego la esposa,
Que sienta que las cosas están por el amor,
No en amor en las cosas.
Quiero casi la gloria:
Quiero ver en los otros alargarse mi gesto
Como la luna sola que está en muchos espejos.
Quiero tener aljibe donde acudan los otros
Y que mi agua de cielo les alegre los cántaros
Y que alguna muchacha venga a verse en el pozo.
Quiero la calle mansa
Con las balaustraditas repartiéndose el celo
Y los buenos zaguanes rogados de esperanza.
Quiero la calle huraña
Que desgarren la puesta del sol y la salida.
Quiero esa calle Plaza que me llevó a la dicha.
(Mientras, ... sigan viviéndome
La dicha que la Quica tiene sus ojos grandes
Y la guitarra austera de Ricardo Güiraldes).



JORGE LUIS BORGES.







La realidad

La realidad es un manojo de poemas sobre los cuales nadie reclama derechos de autor. Debo de cada piedra, de cada baldosa, se esconde un poema.
Hay irreverentes, y también historiadores, que sostienen que la virginidad de María es un error de traducción. Y puede que sí. Pero ya sea en arameo, zendo, jónico, eólico o ático, haya sido virgen o mujer normalmente sexuada, María es sobre todo una imagen poética, digna de parir a esa prometedora metáfora llamada Jesús (no olvidemos que expulsó del templo a los mercaderes.
Hasta en las guerras hay poesía, pero nunca en la artillería de los vencedores sino en la última mirada de los vencidos. Hay poesía en los himnos patrios, pero no en la cursilería de sus letras sino en las voces de quienes los cantan.
Hay poesía en los cuadros de Van Gogh o de Velázquez, de Murillo o del Tiziano, de Durero o de Gainsborough, y hasta en las peligrosas arañitas que alojan su hambre en la estética de un cuadro de Picasso o de una estampa de Buda.
Cuando uno ve pasar una muchacha con su garboso contoneo y murmura que es un poema, sólo dice la verdad. Aún el dolor es poético, como bien lo documentaron Shakespeare y el Dante, y más cerquita Rulfo y Quiroga.
Lo malo de la realidad y también de la poesía es su punto final. Como éste.


MARIO BENEDETTI








sábado, 27 de julio de 2013

El castillo

A María Belén Giardini. Sin palabras.


En el reino de los libros todos los autores se protegen de los invasores, los cuales buscan romper la armonía del castillo.
En el palacio no existe un rey, tampoco una reina, todos trabajan por igual con el mismo objetivo, cuidar la cultura.
A la noche cenan todos juntos, lo que sí, en diferentes mesas. Varias noches tuve la oportunidad de ver a Soriano hablando con Lanata sobre Página 12, también vi a Cortázar abrazándose con Borges y a Neruda riendo con Oliverio Girondo.
Mario Benedetti habla con García Márquez sobre dignidad, palabra que ambos conocen mucho y tienen el don de la sencillez y de la humildad.
Tuve la suerte de ver a José Hernández hablar sobre el Martín Fierro con Ricardo Güiraldes, y que éste último le cuente sobre Don Segundo Sombra, ellos hablan de cultura nacional, hablan de ese gaucho marginado que tuvo que sobrevivir a la embestida del ciudadano que lo explotaba.
En las puertas del castillo se posan Juan Gelman y Eduardo Galeano, son los que cuidan a los demás y los que en sus escrituras no paran de hablar de dolor y de exilio.
A Borges es común verlo en una biblioteca hablando con Bioy Casares, son amigos, pero por sobre todo, profesan un respeto mutuo que es digno de admiración.
Yo no sé si esto es real o no, me gustaría que lo sea, pero aseguro haberlos visto a todos en mi biblioteca y saber que sus escritos son eternos me deja imaginarlos.



IGNACIO GIARDINI.










jueves, 25 de julio de 2013

El cuento sin terminar.


Un cuento sin fin, final sin final, moraleja sin enseñanza.
La belleza de las palabras nunca dichas, los personajes inventados y que recreamos dándoles vida. La alegría de saber que nunca seremos dichosos.
La idealización de cada cuento, el sentido de la eternidad y las citas de grandes autores. 
El provocador que justifica al imperdonable, que mata al eterno, heredero de la corona más preciada de nuestra literatura. 
La eternidad reflejada en objetos, el puñal que sigue siendo de su dueño y que sus afectos lo recordarán por siempre. 
Dueño de la soberbia y la arrogancia, precursor de la falsa humildad, todo le vamos a perdonar.
Por los cuentos sin fin, por las moralejas sin enseñanzas. Por Borges.


IGNACIO GIARDINI.










jueves, 18 de julio de 2013

CCVII

Los hermanos en la desdicha se reconocen pronto. Nadamos y encontramos nombres sin significación, parodias del acento rítmico, transacciones con la distancia última. El sudor moja al paciente/la quemazón del parque donde se hundió en una mujer. El embrión de una mirada es más feliz que la mirada/no lo ensucian los cálculos de estar/ni el bandoneón de ser/ni la cortina al fondo. La niñez averigua tristezas de lo que pasó y así vive en su parte embestida.

JUAN GELMAN.








viernes, 12 de julio de 2013

Un importante hotel de la zona de Retiro

El diccionario define el eufemismo con otro eufemismo: "manifestación suave o decorosa de ideas cuya expresión directa sería dura y malsonante". Un perro mordiéndose la cola.
"Eufemismo" proviene de eu: bien, buen; y femí: decir. Vías de escape de la conciencia a través del lenguaje; diríase también de la condición del avestruz semántico, convencido de que lo que no se nombra, no existe, o existe con menor intensidad.
Nuestra existencia cotidiana transcurre acolchada por eufemismos de todo tipo, aunque no en todos los casos somos víctimas temerosas, otras veces somos cínicos victimarios y elegimos disfrazar los resultados de prácticas atroces. Llamamos "excluidos del sistema" a nuestro prójimo con hambre, miseria o desocupación; "daños colaterales" a la matanza de población civil; "amante de lo ajeno" al ladrón; el "servicio" o el "toilette" al baño; "interrupción del embarazo" al aborto; "gatillo fácil" al asesinato cometido por las fuerzas del orden; "declaración espontánea" a la obtenida bajo tortura en una comisaría; "publicidad no tradicional, PNT" al chivo, generalmente encubierto en el argumento de un programa televisivo; "no vidente" al ciego; "flexibilización" a las facilidades para despedir sin compromisos con el empleado; "ajusticiamiento" al asesinato de cualquier tipo; "limpieza étnica" al genocidio; "intangibilidad de los depósitos" (ley 25.466) a "mejor saquen la plata cuanto antes"; "reajuste" a nuevos aumentos; "corralito" a expropiación indebida de fondos privados por parte del Estado; "reconciliación" a impunidad; "autoahorro" a financiar la fabricación de nuestra compra futura; "en estudio" al proyecto archivado; etc., etc., etcétera.
El ex dictador Jorge Rafael Videla explicó así uno de nuestros mayores eufemismos: "Pongamos un número, pongamos cinco mil. La sociedad argentina no se hubiera bancado los fusilamientos: ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Córdoba, mañana cuatro en Rosario, y así hasta cinco mil. No había otra manera. Todos estuvimos de acuerdo en esto. Y el que no estuvo de acuerdo se fue. ¿Dar a conocer dónde están los restos? Pero... ¿qué es lo que podemos señalar? ¿El mar, el Río de la Plata, el Riachuelo? Se pensó, en su momento, en dar a conocer las listas. Pero luego se planteó: si se dan por muertos, en seguida vienen las preguntas que no se pueden responder: quién mató, dónde, cómo".
"Los desaparecidos -dijo- no tienen entidad. No están ni vivos ni muertos, son desaparecidos."


JORGE LANATA.




jueves, 11 de julio de 2013

Debe y haber

Tengo la sensación de estar transformándome en anarquista.
Tengo toda la obra poética de Borges.
Tengo la sensación de escribir cada día un poco más para mí, y menos para los demás. 
Desconfío del noventa y cinco por ciento de la población.
Creo que no todos los libros son literatura.
Tengo un cenicero vacío y un paquete de Marlboro lleno.
Leí todos los libros de Lanata.
Vivo pensando en un abismo que se acerca y se aleja constantemente.
Cada día tengo más dudas y menos certezas.
Escribí varias cartas sobre el exilio.
Soy leal conmigo mismo.
Siempre me perdono.
Me excita la palabra exilio.
Me gusta la mujer que piensa y lucha.
Debo agradecer a los que me rodean y también a los que no.
Me encanta coquetear con la idea de la muerte, el temor a la misma lo dejo para los básicos.
Admiro las bibliotecas y todo lo que significan.
Soy soberbio, pedante, solitario e insoportable.
Lucho por una sociedad civilizada.
No me cuesta decir por favor, perdón, gracias.
Me aburren las reuniones en las que hay mucha gente.
No me gusta festejar mi cumpleaños.
Me causa alergia la actividad física.
Estoy enamorado de los libros de Benedetti.
Volvería a leer los libros de García Márquez una y mil veces.
Me da asco la mediocridad.


IGNACIO GIARDINI





martes, 25 de junio de 2013

Ventanas

Llegás a casa, entrás como si fuera por la ventana. No me di cuenta que habías abierto la puerta, ya estás adentro. Logro advertir tu presencia, me agarraste leyendo y estaba concentrado.
Te sacás el abrigo y lo primero que hacés es ir al mueble a contemplar uno de tus libros favoritos. Después venís y me das un beso. Te miro bien y compruebo que estás llorando, ya imagino que hoy alguien te habrá defraudado. Ponés el agua a calentar, y tus lágrimas caen suavemente por tu mejilla, me ofrecés un mate. Te sentás y estás callada, sé que va a ser difícil sacarte una palabra.
Al quinto mate te pregunto ¿Qué pasó? y seguís muda. Quizás pasemos toda la noche callados y adoptemos el silencio como idioma.
A la mitad del termo me contás que todo se te está haciendo cuesta arriba, que los resultados de tus cosas no están siendo los esperados, que la gente te está fallando y tenés una rara de sensación de soledad. Ya cesaron tus lágrimas, pero seguís con la voz quebrada y se te dificulta poder hablar con normalidad.
Yo opté por el silencio, por rascarme la barba con la mano derecha mientras te escucho, seguís explicándome que esto no estaba dentro de tus planes y noto que te está costando superar esta situación.
Al terminar el termo, me decís de ir a dormir, yo acepto y ya acostados me dedico a abrazarte y a acariciarte las mejillas.
Mañana será otro día, entrarás a casa por la ventana y seguramente notaré tu presencia cuando vengas a darme un beso.

IGNACIO GIARDINI.











viernes, 21 de junio de 2013

AJEDREZ

I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito

II 

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Que dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?


JORGE LUIS BORGES











domingo, 16 de junio de 2013

Los hijos/2

A  Sofía Bordón.
A  María Belén Giardini. 


Con Verónica nos escribíamos cartas violentas.
Había silencios largos, a veces. Cada uno se quedaba esperando que el otro se bajara del caballo -y en el fondo cada uno sabía que el otro no se bajaría. Cuestión de estilo.
Verónica enciende el pucho a la Humphrey Bogart. Sostiene el fósforo mientras charla de lo que sea, como distraída, mirando para otro lado, y cuando la llama ya le está quemando las uñas la arrima, lenta, al cigarrillo. Alza una ceja, se acaricia la pera, y apaga la llamita echando una bocanada de humo por el costado de la boca.
Cuando estuvo a verme, en Buenos Aires, me dijo:
-Si vos y yo no fuéramos padre e hija, ya hace tiempo que nos habríamos separado.
Una noche se fue de farra con Marta y Eric.
Verónica llevó a su muñeca de trapo, que se llama Anónima.
Cuando se despertó, pasado el mediodía, me contó:
-Anduvimos por ahí. Nos fuimos al Barbaro y tomamos cerveza y comimos maní. Estaba linda la noche. Por suerte conseguimos la mesa de la ventana. Había buena música.
-¿Y Anónima?
-La colgamos de un gancho, en la pared, y pedimos cerveza para ella también. La cerveza le dio sueño.
-¿Se quedaron hasta muy tarde?
-Nos estuvimos queriendo -me dijo- hasta las tres de la madrugada.




EDUARDO GALEANO



sábado, 15 de junio de 2013

Formas

Si querés podés quedarte en mi cama. Seguir durmiendo, vos y tus veinticinco formas de decir lo que querés. Cosas que yo no entiendo, ni voy a entender. Ya no son las ocho menos cinco, son las ocho menos diez. Tu reloj no para y el mío va al revés. Quiero manchar con el vino el mantel y subirte a la mesa otra vez. Quiero que te rías en la cocina sin saber por qué. Que me pidás ayuda, fuego y que quieras coger. Quiero que tus pecas se dejen de mover y que tus ojos se achinen como ayer. Que pongás música y que bailés. Que tus formas de decir lo que querés dejen de ser veinticinco y sean veintitrés.

PEDRO FERNÁNDEZ
Extraído de http://laguarite.blogspot.com.ar/













jueves, 13 de junio de 2013

El desafío

Para qué escribo? Por qué lo hago? 

Hoy no voy a escoger ninguna frase, prefiero hacer una descripción propia. 
Escribo porque soy un desquiciado, para darle una vuelta a la vida e intentar explicar lo inexplicable. Tal como sucede con la música, la literatura o el arte, es muy difícil pasar a una hoja lo que uno siente, creo que sería imposible resumir en un par de palabras lo cotidiano o el parecer de cada cosa.
Escribo para demostrar que lucho por alcanzar la palabra justa, la que me lleve a dormir un poco más tranquilo. También escribo para robar, para robar sonrisas o lágrimas según lo amerite cada situación.
Soy un convencido de que la escritura es una terapia universal, la diferencia está en tener la voluntad de sentarse y confiar en uno mismo, en tratar de acercarse a la utopía de explicar lo que no se explica, de entender lo inentendible.
No puedo dejar de pensar en las páginas leídas, podría citar a cien autores con sus obras de arte, pero hoy prefiero callar, o quizá dejármelo para mí y agradecer por todo lo que me dieron.

Feliz día del escritor.
IGNACIO GIARDINI.

miércoles, 12 de junio de 2013

22/09/78

Querida Norma:
Hoy después de 1 año te vuelvo a escribir, te pido disculpas por haberme borrado, realmente no pido comprensión, pero bien sabés que si no lo hacía hoy sería uno de los tantos desaparecidos.
Te escribo con el motivo de contarte como se vive acá. Estoy en Madrid desde que llegué, las noticias de Argentina son pocas pero sin embargo me encontré a varios exiliados como yo, todos cuentan que nada cambió y que la mano está cada día un poco más dura.
Con Carlos e Isabel nos vemos bastante seguido,son pareja, quizá sea el exilio el que une.
Vivo en un departamento en el centro, estoy laburando de mozo en un café, la vida es relativamente llevadera pero el exilio es una sombra constante, la nostalgia es una cuestión cotidiana. Sin embargo tomamos mate, comemos asado cuando se puede y da el bolsillo.
Madrid es una ciudad muy cultural, se respiran aires de renovación después de la muerte de Francisco Franco, sin embargo nada iguala a nuestra Mendoza, digo que es nuestra porque muchos días siento que  estoy con vos, que nunca me fui y me cuestiono el haber escapado, el haber sido tan cagón.
Una de las pocas cosas buenas de España es que acá no hace falta quemar libros.
Te acordás la noche que tuvimos que enterrar nuestra música y quemar nuestros libros?
Te acordás el planteo de mucha gente que decía que Videla iba a ser un salvador?
Te acordás de las noches que pasamos juntos tomando mates en la cama?
Te acordás de las tardes perdidas caminando por la montaña?
Hoy solamente me quedan recuerdos de nuestra militancia, nuestra lucha, nuestros momentos juntos.

Te extraño.
Marcos.


IGNACIO GIARDINI.