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sábado, 27 de julio de 2013

El castillo

A María Belén Giardini. Sin palabras.


En el reino de los libros todos los autores se protegen de los invasores, los cuales buscan romper la armonía del castillo.
En el palacio no existe un rey, tampoco una reina, todos trabajan por igual con el mismo objetivo, cuidar la cultura.
A la noche cenan todos juntos, lo que sí, en diferentes mesas. Varias noches tuve la oportunidad de ver a Soriano hablando con Lanata sobre Página 12, también vi a Cortázar abrazándose con Borges y a Neruda riendo con Oliverio Girondo.
Mario Benedetti habla con García Márquez sobre dignidad, palabra que ambos conocen mucho y tienen el don de la sencillez y de la humildad.
Tuve la suerte de ver a José Hernández hablar sobre el Martín Fierro con Ricardo Güiraldes, y que éste último le cuente sobre Don Segundo Sombra, ellos hablan de cultura nacional, hablan de ese gaucho marginado que tuvo que sobrevivir a la embestida del ciudadano que lo explotaba.
En las puertas del castillo se posan Juan Gelman y Eduardo Galeano, son los que cuidan a los demás y los que en sus escrituras no paran de hablar de dolor y de exilio.
A Borges es común verlo en una biblioteca hablando con Bioy Casares, son amigos, pero por sobre todo, profesan un respeto mutuo que es digno de admiración.
Yo no sé si esto es real o no, me gustaría que lo sea, pero aseguro haberlos visto a todos en mi biblioteca y saber que sus escritos son eternos me deja imaginarlos.



IGNACIO GIARDINI.










jueves, 25 de julio de 2013

El cuento sin terminar.


Un cuento sin fin, final sin final, moraleja sin enseñanza.
La belleza de las palabras nunca dichas, los personajes inventados y que recreamos dándoles vida. La alegría de saber que nunca seremos dichosos.
La idealización de cada cuento, el sentido de la eternidad y las citas de grandes autores. 
El provocador que justifica al imperdonable, que mata al eterno, heredero de la corona más preciada de nuestra literatura. 
La eternidad reflejada en objetos, el puñal que sigue siendo de su dueño y que sus afectos lo recordarán por siempre. 
Dueño de la soberbia y la arrogancia, precursor de la falsa humildad, todo le vamos a perdonar.
Por los cuentos sin fin, por las moralejas sin enseñanzas. Por Borges.


IGNACIO GIARDINI.










jueves, 18 de julio de 2013

CCVII

Los hermanos en la desdicha se reconocen pronto. Nadamos y encontramos nombres sin significación, parodias del acento rítmico, transacciones con la distancia última. El sudor moja al paciente/la quemazón del parque donde se hundió en una mujer. El embrión de una mirada es más feliz que la mirada/no lo ensucian los cálculos de estar/ni el bandoneón de ser/ni la cortina al fondo. La niñez averigua tristezas de lo que pasó y así vive en su parte embestida.

JUAN GELMAN.








viernes, 12 de julio de 2013

Un importante hotel de la zona de Retiro

El diccionario define el eufemismo con otro eufemismo: "manifestación suave o decorosa de ideas cuya expresión directa sería dura y malsonante". Un perro mordiéndose la cola.
"Eufemismo" proviene de eu: bien, buen; y femí: decir. Vías de escape de la conciencia a través del lenguaje; diríase también de la condición del avestruz semántico, convencido de que lo que no se nombra, no existe, o existe con menor intensidad.
Nuestra existencia cotidiana transcurre acolchada por eufemismos de todo tipo, aunque no en todos los casos somos víctimas temerosas, otras veces somos cínicos victimarios y elegimos disfrazar los resultados de prácticas atroces. Llamamos "excluidos del sistema" a nuestro prójimo con hambre, miseria o desocupación; "daños colaterales" a la matanza de población civil; "amante de lo ajeno" al ladrón; el "servicio" o el "toilette" al baño; "interrupción del embarazo" al aborto; "gatillo fácil" al asesinato cometido por las fuerzas del orden; "declaración espontánea" a la obtenida bajo tortura en una comisaría; "publicidad no tradicional, PNT" al chivo, generalmente encubierto en el argumento de un programa televisivo; "no vidente" al ciego; "flexibilización" a las facilidades para despedir sin compromisos con el empleado; "ajusticiamiento" al asesinato de cualquier tipo; "limpieza étnica" al genocidio; "intangibilidad de los depósitos" (ley 25.466) a "mejor saquen la plata cuanto antes"; "reajuste" a nuevos aumentos; "corralito" a expropiación indebida de fondos privados por parte del Estado; "reconciliación" a impunidad; "autoahorro" a financiar la fabricación de nuestra compra futura; "en estudio" al proyecto archivado; etc., etc., etcétera.
El ex dictador Jorge Rafael Videla explicó así uno de nuestros mayores eufemismos: "Pongamos un número, pongamos cinco mil. La sociedad argentina no se hubiera bancado los fusilamientos: ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Córdoba, mañana cuatro en Rosario, y así hasta cinco mil. No había otra manera. Todos estuvimos de acuerdo en esto. Y el que no estuvo de acuerdo se fue. ¿Dar a conocer dónde están los restos? Pero... ¿qué es lo que podemos señalar? ¿El mar, el Río de la Plata, el Riachuelo? Se pensó, en su momento, en dar a conocer las listas. Pero luego se planteó: si se dan por muertos, en seguida vienen las preguntas que no se pueden responder: quién mató, dónde, cómo".
"Los desaparecidos -dijo- no tienen entidad. No están ni vivos ni muertos, son desaparecidos."


JORGE LANATA.




jueves, 11 de julio de 2013

Debe y haber

Tengo la sensación de estar transformándome en anarquista.
Tengo toda la obra poética de Borges.
Tengo la sensación de escribir cada día un poco más para mí, y menos para los demás. 
Desconfío del noventa y cinco por ciento de la población.
Creo que no todos los libros son literatura.
Tengo un cenicero vacío y un paquete de Marlboro lleno.
Leí todos los libros de Lanata.
Vivo pensando en un abismo que se acerca y se aleja constantemente.
Cada día tengo más dudas y menos certezas.
Escribí varias cartas sobre el exilio.
Soy leal conmigo mismo.
Siempre me perdono.
Me excita la palabra exilio.
Me gusta la mujer que piensa y lucha.
Debo agradecer a los que me rodean y también a los que no.
Me encanta coquetear con la idea de la muerte, el temor a la misma lo dejo para los básicos.
Admiro las bibliotecas y todo lo que significan.
Soy soberbio, pedante, solitario e insoportable.
Lucho por una sociedad civilizada.
No me cuesta decir por favor, perdón, gracias.
Me aburren las reuniones en las que hay mucha gente.
No me gusta festejar mi cumpleaños.
Me causa alergia la actividad física.
Estoy enamorado de los libros de Benedetti.
Volvería a leer los libros de García Márquez una y mil veces.
Me da asco la mediocridad.


IGNACIO GIARDINI